El presidente Andrés Manuel López Obrador volvió al caso de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos: enfatizó que fue el Estado, pero sólo autoridades locales y delincuentes, no el Ejército, al que en 2017 exigía que le reclamaran. Además, en 2019 afirmó, tajante, que no fue un crimen de Estado, lo que desmintió Alejandro Encinas en 2022.
En su conferencia de prensa de este martes, después de que el 2 de octubre defendió al Ejército por lo ocurrido contra estudiantes tanto en octubre de 1968 en Tlatelolco como en septiembre de 2014 en Iguala, el presidente fue cuestionado sobre estos hechos.
El tabasqueño se refirió a la consigna que se usó desde 2014 para comentar lo ocurrido con los normalistas de Ayotzinapa y señaló culpables, no distintos de los de la “verdad histórica”: “¡Fue el Estado!”, a lo que agregó: “Y de ahí no salimos. Pues yo les puedo decir, en primer lugar, de que fue el Estado; claro que fue el Estado, sin duda, porque el Estado pudo en su momento aclarar las cosas y no fabricar mentiras, de eso no hay duda. Y, aunque hayan participado autoridades locales y policías municipales, es el Estado, de eso no hay duda”.
Insistió en su versión: que pudieron haber participado algunos miembros del Ejército, pero ratificó su acusación, nada distinta de la de Jesús Murillo Karam: “Lo que sucedió en Ayotzinapa tuvo que ver más con decisiones de autoridades locales y con la delincuencia, con el contubernio, con la asociación delictuosa entre autoridades locales, policías municipales —esa es mi hipótesis— y la delincuencia que dominaba esa región”.
Y, para enfatizar su defensa del Ejército, exculpó a Enrique Peña Nieto y Salvador Cienfuegos de lo ocurrido: “Que esa delincuencia tuviese vínculos con algunos militares o que los militares de la región se hayan enterado y no hayan evitado que desaparecieran los jóvenes y que hubiesen cometido el delito de omisión es otra cosa a que, desde el gobierno, desde arriba, Peña hubiese ordenado, o el general secretario de entonces, la desaparición de los jóvenes; no, no”.
Remató al decir que lo que “hasta ahora lo que tenemos investigado me lleva a eso”. Cinco años para llegar a la “verdad histórica” si tomamos a la letra sus declaraciones.
Ahora el presidente dice que fue el Estado, pero el 24 de noviembre, en Tlapa de Comonfort, Guerrero, rechazó que el caso de los normalistas de Ayotzinapa fuera un “crimen de Estado”.
Entonces López Obrador dijo: “Cuando no se trata de crímenes de Estado siempre se llega a la verdad si hay voluntad política de la autoridad; cuando son crímenes de Estado, entonces es muy difícil saber. Pero en el caso de Arnulfo, en el caso de los jóvenes de Ayotzinapa y muchos otros casos, no se puede hablar de crímenes de Estado porque ahora el representante del Estado mexicano, comandante supremo de las Fuerzas Armadas, el presidente de la República, el que les habla, no va a permitir ninguna injusticia, no va a permitir ningún acto autoritario”.
Entonces agregó que no dejaría de buscar a los jóvenes de Ayotzinapa y que tenía el compromiso de encontrarlos, que, a casi cuatro años de su declaración, no ha cumplido.
También es menester recordar que en marzo de 2017, ante reproches de Antonio Tizapa, padre de uno de los normalistas, López Obrador le respondió que le tenía que reclamar “al Ejército, a Peña, no a mí”. Este martes el tabasqueño terminó de exculpar a ambos, siguiendo, según él, las investigaciones de su gobierno.
En esa ocasión quien salió en defensa del Ejército fue Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, quien le pidió al político tabasqueño “que salga de su zona de confort y asuma con responsabilidad sus declaraciones y, si tiene pruebas, que vaya al Ministerio Público y las señale”.
El entonces funcionario agregó sobre los militares: “Debo decirle al señor López que son mexicanas y mexicanos que se prepararon para defender a todos los habitantes, a las familias mexicanas y que en el discurso simplista las señala, las lastima y no prueba”.
Sobre lo de la intervención y responsabilidades del Ejército en aquellos hechos, hay una parte que no ha sido recordada a propósito de la actual defensa que el presidente hace de él. Fue algo mencionado por Alejandro Encinas, subsecretario de Población, Derechos Humanos y Migración, en agosto del año pasado, cuando, contra lo dicho por López Obrador, afirmó que lo ocurrido en Iguala sí había sido crimen de Estado.
Encinas mencionó que la Secretaría de la Defensa Nacional tenía un elemento infiltrado entre los estudiantes de Ayotzinapa, Julio César López Patolzin. El último informe de este fue a las 10 de la mañana del 26 de septiembre de 2014, y después desapareció con los normalistas, sin que los mandos militares hayan iniciado su búsqueda como lo establece el Protocolo para Militares Desaparecidos.
Entonces dijo Encinas que si el Ejército hubiera procedido, con ello “hubiera permitido no solamente proteger la integridad y buscar al soldado López Patolzin sino a todos los estudiantes”.
Pero López Obrador insiste, para reforzar la “verdad histórica” y fortalecer su alianza con las Fuerzas Armadas, que el Ejército no sólo no intervino en los hechos, sino que ya entregó toda la información con la que cuenta.
etcetera.com.mx