Por momentos la terca realidad está alcanzando al Gobierno. No sólo es el que algunas cifras no le cuadren, sino también la forma en que explica algunos temas que le están siendo adversos.
Éste es uno de los inevitables efectos de la sobreexposición diaria del Presidente, pero también es parte de la forma en que la sociedad ve a sus gobernantes. Es crítica y acuciosa, más allá de filias y fobias, de chairos y fifís.
López Obrador mantiene su bono de popularidad intocado por más que algunos hablen, con más deseos que con datos, de una baja en su popularidad.
El Presidente responde a todo, no deja pasar una sola pregunta, e incluso habla de Juan Gabriel. El ejercicio ha logrado que pareciera que no tenemos otro tema que la mañanera; es positivo, pero no está exento de grandes riesgos.
Hay poco seguimiento sobre lo que dice el mandatario en la mañanera. Quien lo ha hecho es Animal Político, el cual, por cierto, ha presentado una explicación creíble y sensata del porqué está en la famosa lista de periodistas que, se asegura, recibieron dinero de la pasada administración.
Muchos asuntos están teniendo formas marcadamente contrastantes de verse; da la impresión que se ven como si fuéramos dos países al mismo tiempo. Para el Ejecutivo su palabra hace las veces de verdad sin necesariamente tener a la mano datos que fundamenten sus juicios; las contradicciones e imprecisiones se han ido acumulando.
La controversia más reciente es sobre el sector salud. Si seguimos lo que ha dicho el Presidente, los hospitales y, en general, el sector está funcionando. Si bien reconoce que hay problemas, los cuales ubica en el pasado, al cual ha convertido en su referencia para explicarse todos los males que nos aquejan.
Del otro lado está la terca realidad que se vive en el sector. Los hospitales están trabajando como pueden, el personal ha denunciado la falta de dinero y apoyo, lo que ha provocado una baja en la calidad de los servicios y una afectación significativa entre los derechohabientes.
Muchas de estas denuncias están documentadas. Hemos conversado con algunos médicos quienes nos han presentado un panorama preocupante y, sobre todo, de riesgo; en algunos casos, inminente. ¿Estaban mejor las cosas antes? Los médicos refieren que la situación es de suyo compleja, pero que el que se haya trabado el presupuesto agudizó muchos de los problemas.
En el informe que entregaron directores de institutos y hospitales de alta especialidad al Congreso, alertaron de las consecuencias por el recorte presupuestal y el congelamiento de recursos por dos mil 464 millones de pesos. Imaginemos lo que puede significar esto en la cotidianidad del sector y en la de los hospitales.
El Gobierno ha tomado la decisión de ahorrar para poder desarrollar proyectos y políticas públicas. Sin embargo, en el camino, más que diseñar estrategias, parece que el recorte termina en hachazo con tal de cumplirle al Presidente. Cuando López Obrador le pide a su equipo que se defiendan de Hacienda, puede interpretarse de muchas maneras, las cuales remiten, en todos los casos, al propio Presidente.
La decisión de descongelar los recursos confirma que estaban atorados y que seguramente estaban pensados para otros destinos, sin considerar las consecuencias y reclamos que traería al sector salud.
Al Gobierno se le va a seguir haciendo un seguimiento detallado, el mismo que siendo oposición hizo, y debe saber qué atender y qué no, sin filias y fobias.
El que expone se expone. El Gobierno es el eje y ni modo que no lo veamos y no debe esperar y menos suponer ciudadanos pasivos.
RESQUICIOS.
El Presidente informó que tenía una lista de periodistas que recibían dinero de la pasada administración. Reforma y particulares solicitaron la lista a la Unidad de Transparencia de Presidencia que se la entregara; al paso de unos meses se cumplió el trámite, Reforma presentó documentos sobre ello. El Presidente asegura que la lista fue filtrada.
Javier Solórzano .