viernes, mayo 10, 2024

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Lozano con Meade: comunicación calderonista

A unas horas de abandonar las filas del PAN, partido al que llegó luego de militar varios años en el PRI, Javier Lozano Alarcón volvió a vincularse con el partido que lo vio nacer políticamente: será “vicecoordinador de Mensaje” y “uno de los voceros oficiales” en la campaña de José Antonio Meade. Lozano se reencontrará ahí con otra panista conversa: Alejandra Sota, vocera de la Presidencia con Felipe Calderón y quien —según informaron en diciembre varios medios—, colabora en la campaña de Meade como estratega de “redes y mensaje”.

Vocero dos veces

Por lo que se ve, ante la falta de vehemencia de su candidato en las plazas públicas —Meade dista mucho de ser un tribuno— y para que éste no se salga de la imagen de hombre ponderado y propositivo que se le quiere construir, el PRI decidió contratar a ex panistas que se especializan en “hablar fuerte y golpeado” a sus adversarios políticos. Serán ellos, especialmente Lozano, quienes se encarguen de colocar adjetivos a Anaya y López Obrador. Primero centrarán la atención en el panista, quien es segundo en las encuestas y objetivo del PRI en esta fase de la campaña, y luego en el morenista, líder en prácticamente todas las mediciones.

De hecho, Lozano empezó el martes su nuevo trabajo, aun sin designación oficial: al anunciar su salida del PAN llamó “joven dictador” a Ricardo Anaya y afirmó que es “más peligroso que AMLO”. Será la segunda ocasión en que el ex secretario del Trabajo en la administración calderonista funja como vocero de un candidato: en 2000, cuando Lozano era priista, desempeñó ese papel al servicio de Francisco Labastida Ochoa.

Presiones políticas

Al escuchar los nombres de Alejandra Sota y Javier Lozano es inevitable recordar el escándalo registrado en agosto de 2012 cuando el presidente de MVS, Joaquín Vargas, acusó a esos dos políticos de ejercer presiones sobre él. El 15 de agosto, en conferencia de prensa, el empresario aseguró que el gobierno federal, por medio de la vocera de la Presidencia, Alejandra Sota, condicionó a MVS el refrendo de concesiones en la banda de 2.5 GHz a que “no impugnara la concentración entre Televisa y Iusacell”, la cual se encontraba sujeta a aprobación en esas fechas.

Asimismo, Vargas confesó que el despido de Carmen Aristegui como conductora del informativo Noticias MVS, ocurrido en febrero de 2011, no se debió, como la empresa aseguró en aquel momento, a que la periodista hubiera transgredido el código de ética de la compañía, sino a que él fue presionado por el gobierno para que Aristegui ofreciera una disculpa pública por sugerir, durante la emisión del 4 de febrero de ese año, la conveniencia de que el gobierno informara sobre la salud de Felipe Calderón, luego de que un día antes, en la Cámara de Diputados, Gerardo Fernández Noroña se refirió a un supuesto alcoholismo del entonces presidente. Según Vargas —cuyas declaraciones quedaron registradas en prácticamente todos los medios—, Lozano Alarcón, entonces secretario del Trabajo, intervino en esas presiones

Técnico y rudos

¿Por qué el PRI decidió acudir al estilo de comunicación calderonista que representan Lozano y Sota? Luego del discurso de José Antonio Meade en Querétaro el martes de esta semana, cuando dijo que Javier Corral es un “gobernador que tortura” (afirmación que de no demostrar podría colocarlo en el supuesto de “daño moral”) es claro que al candidato del PRI no se le da el intercambio de golpes. Su voz carece de los matices, la modulación y la vehemencia para ser eficaz en esa función. Mejor que otros hagan la parte ruda.

Por eso, el propio Lozano declaró ayer, al tomar posesión de su nuevo cargo, que como vocero “destacará el rigor técnico, la capacidad política y la sobriedad y templanza de Meade Kuribreña, que son las características que requiere el país en estos tiempos.” Esa es la imagen de Meade que el PRI quiere construir. Los golpes y contragolpes, pueden correr a cargo de Lozano, Ochoa Reza y otros.

‘Chapulinismo’

Hay otro elemento de la candidatura de Meade que su nuevo vocero tratará de exaltar: el supuesto mérito de servir en dos administraciones de diferente partido como un nuevo valor “técnico” y político. Preparémonos a escuchar esa explicación para justificar el chapulinismo político que cada vez se practica más en México.

Fernando Mejía Barquera

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